El descenso a los infiernos de Michael Jackson

Parece mentira, pero ya han pasado 10 años de la muerte de Michael Jackson. El 25 de junio del 2009 el rey del pop fallecía después de un paro cardíaco provocado por una gran cantidad de sedantes que su médico le proporcionó para luchar contra su insomnio crónico.

La muerte de Michael Jackson conmocionó al mundo, sobre todo porque el cantante estaba preparando This is it. El espectáculo, una serie de 50 conciertos en el O2 Arena de Londres, tenía un doble objetivo. Por un lado, su gran vuelta a los escenarios inyectaría un montón de efectivo a su maltrecha economía. Por otro, Jackson demostraría que seguía siendo el rey del pop y limpiaría su imagen después de varios escándalos por supuestos abusos sexuales a menores.

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Pero el 25 de junio de 2009, cuando el músico estaba inmerso en los ensayos, todo se truncó. Su médico personal, Conrad Murray, le suministró una dosis letal de medicamentos porque Jackson no conseguía dormir. A lo largo de la noche, Jackson tomó diversas dosis de Valium y otros ansiolíticos. Pero seguía sin conciliar el sueño. Por la mañana del día 25, rogó a su médico algo más fuerte.

Finalmente, Murray le inyectó Propofol. Y poco después la estrella sufrió un paro cardíaco del que ya no se recuperó. Algo más tarde de las 14:20 horas los médicos del hospital al que fue trasladado en ambulancia decretaron la muerte de Michael Jackson.

El lado oscuro del rey del pop

El de Michael Jackson es un legado musical inmenso que se ha visto ensombrecido por su excéntrica personalidad, sus trastornos emocionales y sobre todo las acusaciones de abuso de menores a las que tuvo que hacer frente.

Jackson arrastraba una larga lista de inseguridades sobre su físico y una peligrosa adicción a los medicamentos. Todo ello tenía su origen en los abusos que había sufrido en su infancia a manos de su propio padre y en un accidente de tráfico que le causó quemaduras graves en los 80.

Pero la mayor sombra que planea sobre su imagen es sin duda las acusaciones de pederastia. Las primeras llegaron en 1993. Y aunque salió absuelto del juicio, en 2005 el escándalo se repitió. Esta vez Jackson lo solucionó pagando una ingente cantidad de dinero.

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Su propia hermana La Toya Jackson hizo en 1993 unas declaraciones espeluznantes a la prensa: «Michael es mi hermano, y le quiero mucho. Pero no puedo ser una colaboradora silenciosa de sus crímenes contra pequeños niños inocentes. (…) No sé si sus padres les dejaron voluntariamente con Michael, pero he visto los cheques que él firmó para esas familias, y son cantidades astronómicas. (…) ¿Qué adulto de 35 años coge a un niño y se pasa con él 30 días sin salir de una habitación?«.

La Toya no ocultó que ella también había sido víctima de abusos sexuales por parte de su padre. Y aseguró que esa era la principal razón por la que admitía públicamente que sabía que Michael Jackson era culpable de pederastia.

En marzo de 2019, 10 años después de la muerte de Jackson, salió a la luz Leaving Neverland. El documental es un relato escalofriante en el que se da voz a sus víctimas y se dibuja una imagen de del rey del pop mucho más terrible y oscura de la que nunca habíamos visto.

A pesar de que en el vídeo no se ofrecen pruebas de los abusos, siempre queda el poso de la sospecha. Por eso, tras su emisión, varias cadenas de radio y televisión vetaron las canciones de Michael Jackson en señal de repulsa.

Muchos fans reaccionaron negativamente al documental. Después de todo no es fácil dejar caer a un ídolo. ¿Por qué se emitía ahora, cuando él ya no podía defenderse? Sin embargo, abogados y expertos en leyes aseguraban que hubiera sido peor para él de haber estado vivo, porque hubiera sido declarado culpable.

Hoy, 10 años después de la muerte de Michael Jackson, su imagen está más dañada que nunca. Pero sus aportaciones a la música fueron tan grandes que requieren ser preservadas. Para ello hay que separar, como ocurre con muchos otros artistas, su vida personal de su obra. Aunque en casos como este no sea nada fácil.