Los reyes Felipe y Letizia han empezado su tour por España, según Casa Real, para intentar dinamizar el turismo interior después de la crisis por el covid-19, que ha dejado al sector turístico tocado y casi hundido después de los 3 meses de cuarentena.
El mensaje oficial es que el viaje de los Reyes pretende animar a los españoles a hacer turismo interior este verano. Pero el mensaje no oficial que aseguran muchos medios de comunicación es que se trata de un intento por mejorar la imagen de la Familia Real.

Durante el confinamiento, la noticia de que Juan Carlos hubiera podido cometer cohecho, blanqueo de capitales u otros delitos fiscales ha afectado negativamente a la imagen que tienen los españoles de la monarquía.
Y esta semana un diario británico publicaba la noticia de que la luna de miel secreta de Felipe y Letizia había costado en 2004 medio millón de dólares de los cuales un empresario catalán, amigo de Don Juan Carlos, había pagado más de la mitad.
Con todo ello, los reyes comenzaban el martes su viaje por los bellos rincones de España en Canarias. Vestidos de modo informal, sonrientes, cercanos, en actitud relajada.. Todo en ellos estaba cuidadosamente planeado para proyectar una imagen de naturalidad.
Pero les ha salido fatal.

Primero, muchos medios de comunicación han señalado la irresponsabilidad de que ni Felipe ni Letizia llevaran mascarilla. Y después se produjo un curioso incidente que ha llamado la atención de muchos.
Paseando por la playa de Las Canteras, en Las Palmas de Gran Canaria, los reyes se detienen en un bar de jamón. Felipe se acerca a la ventanilla y empieza una conversación con la propietaria o la camarera del establecimiento, que les cuenta que poco a poco intentan volver a la normalidad.
Pronto, la mujer pide a un compañero que saque un poco de jamón para el rey. Y en es momento se acerca Letizia, que se integra en la conversación y la sonríe y que en un momento determinado le dice a su marido: «apóyate en la barra». Felipe apoya un segundo la mano en la barra del bar, pero desconfiado la retira rápidamente. Y Letizia insiste: «sí, pero apóyate en la barra». Ella sí tiene su brazo apoyado en la dichosa barra de la discordia.
En este vídeo de Twitter se puede ver el momento exacto de la discordia:
Oleeee jamón serrano donde desayuno de vez en cuando. pic.twitter.com/WAbOywe1Yp
— Maria (@Hugodelamancha) June 23, 2020
La conversación, que alguno de los presentes grababa con su móvil, ha corrido como la pólvora en redes. Porque no es la primera vez que la reina intenta transmitir naturalidad y le sale más bien todo lo contrario.
Sin duda la idea de Letizia era la de proyectar una imagen de confianza y cercanía, pero la orden a su marido ha terminado por hacer que muchos se pregunten si en realidad todos los gestos de la monarquía están medidos y planificados hasta el más mínimo detalle y sean solo parte de su manual de supervivencia.