En 1991 una joven Julia Roberts se convirtió de la noche a la mañana en un fenómeno sin precedentes. Etiquetada como «la novia de América», los medios y las marcas se la rifaban. Y todos los directores la querían en sus películas.
Todo vino por una comedia romántica que rodó con Richard Gere y que se ha convertido en un clásico del cine por derecho propio. Pretty Woman es la historia de la Cenicienta moderna. Pero no siempre fue asi. La historia original de Pretty Woman era muy dura, oscura y con un final terrible que nada tiene que ver con el de la escalera de incendios que llegó a las salas de cine.
La actriz lo ha contado todo en una entrevista para el programa Actors on Actors, de la revista Variety. La encargada de entrevistarla es la también actriz Patricia Arquette. La carrera de Arquette, ganadora de un Oscar por Boyhood en 2014, siempre ha seguido un sendero muy diferente del de Roberts.
Arquette ha trabajado en cine independiente, películas de terror y de directores de culto como Tim Burton o David Lynch. En la entrevista, la actriz sorprende diciendo que ella participó en las audiciones para el personaje de Vivian en Pretty Woman.
Solo que en un principio la película no se llamaba así, sino 3.000. El título hacía referencia a lo que cobraba la prostituta por sus servicios. Arquette no obtuvo el papel. Porque se lo llevó Julia Roberts.
«Sí, yo obtuve el papel protagonista en 3.000», confirma ella. «Y era una historia terrible, muy oscura, nada que ver con la que se rodó».
Entonces, Julia recuerda el duro final de la historia original de Pretty Woman. «Él la tiraba a ella del coche, le tiraba el dinero encima y se iba, dejándola ahí tirada en un callejón oscuro». En realidad, la propia Roberts admite que ella no se veía rodando una historia así, que no era su tipo de película y que le resultada demasiado dura.
¿Por qué no se rodó esta historia finalmente? La casualidad quiso que la productora que la iba a rodar quebrara de un día para otro. «Conseguí el trabajo el viernes y el lunes me quedé sin él», dice Roberts.
Entonces, uno de los guionistas decidió llevar la historia a Disney. Y allí decidieron cambiarlo todo. A Gary Marshall, el director elegido para rodarla, le gustó Julia y finalmente se quedó con el papel de Vivian.
Patricia Arquette confiesa que le hubiera gustado ver a Roberts en la historia original de Pretty Woman. Pero ella dice que nunca hubiera podido hacer ese papel. Y que está muy agradecida de que toda la historia se cambiara.
