Esta semana los Windsor han dado la bienvenida a un nuevo miembro de la familia. El bebé de Harry y Meghan ha sido un niño. Y aunque aún no tiene nombre, hemos conocido una noticia sorprendente sobre su destino.
Y es que, tal y como publican los tabloides británicos, los papás de la criatura no tendrán la custodia del pequeño. ¿Cómo puede ser eso posible?
Al parecer, todo se debe a una ley aprobada por el rey Jorge I en 1717 y que aún hoy está vigente en Reino Unido. Dicha ley recibe el pomposo nombre de «La Gran Opinión para la Prerrogativa Concerniente a la Familia Real».
Lo que viene a decir dicha ley es que el soberano (en este caso la reina Isabel II), es quien tendrá la custodia legal de los hijos de quienes estén en la línea de sucesión. Por eso, el bebé de Harry y Meghan estará en realidad bajo la tutela de la reina, y todas las decisiones sobre su educación deberán ser consultadas con ella.
Lo mismo ocurre con los hijos de Guillermo, hermano de Harry y segundo en la línea de sucesión. Y lo mismo ocurrió con los propios hijos de la princesa Diana de Gales. De hecho, se dice que cuando ella y Carlos de Inglaterra se separaron, Diana quiso irse a vivir a Australia, lejos de la presión mediática.
Pero la reina le impidió llevarse a sus hijos con ella, argumentando que los hijos del heredero al trono debían quedarse a vivir en Londres.
Nunca se ha hablado mucho de esta ley hasta ahora. Porque los expertos en la realeza británica dicen que la reina rara vez interfiere en la educación de los niños, salvo en casos como el de Diana de Gales. En realidad, son los padres quienes toman la mayoría de las decisiones sobre sus hijos.
Sin embargo, la prensa británica ha publicado que a Meghan no le ha sentado nada bien descubrir que no será ella quien tenga la custodia legal sobre su bebé. Los rumores de mala relación entre ella y los otros miembros de la familia, sobre todo su cuñada y la propia reina Isabel, no paran de crecer.
Y ahora hay medios que aseguran que Meghan estaría planeando irse a vivir con su marido y su hijo a Estados Unidos, argumentando que la posición de Harry en la línea de sucesión al trono es una mera formalidad.
Según estas fuentes, Meghan le habría comunicado la decisión a la reina Isabel, diciéndole que las decisiones sobre la vida de su hijo las tomarán solo ella y Harry. Todavía no está claro qué hay de cierto en todo eso. Pero sí es evidente que la relación de Meghan con su familia política va de mal en peor.